Consejos para
La comida
No es de extrañar que los padres necesiten ayuda para entender qué significa comer de forma saludable. La salud de información existente sobre este tema puede desorientar bastante. La buena noticia es que no necesitas graduarte en nutrición para criar hijos sanos. Siguiendo algunas recomendaciones básicas, puedes crear un entorno doméstico que fomente la alimentación saludable y el mantenimiento de un peso saludable.
He aquí 10 normas básicas a seguir:
- Los padres son quienes controlan las líneas de abastecimiento. Son ustedes quienes deciden qué alimentos se compran en casa y cuándo se sirven. Aunque es de esperar que los niños den la lata a sus padres para que les dejen comer alimentos menos nutritivos, son los adultos quienes deciden qué alimentos entran en casa. Los niños no se quedarán con hambre porque en su casa no hay lo que más les apetece comer. Comerán lo que haya en la despensa y la nevera. Si el snack favorito de tu hijo no tiene nada de nutritivo, puedes comprárselo, muy de vez en cuando, para que no se atiborre de ese alimento en cuanto caiga en sus manos.
- De los alimentos que ofreces a tu hijo, déjale elegir lo que quiere comer o si quiere comer. Los niños también deben tener voz y voto en el asunto. De la selección de alimentos que ofreces al pequeño, déjale elegir lo que quiera comer y la cantidad que quiera comer. Tal vez te parezca que esto es darle demasiada libertad. Pero, si sigues la primera recomendación de esta lista, tu hijo solamente podrá elegir entre los alimentos saludables que usted ha decidido comprar y preparar.
- Olvídate de la máxima de «dejar el plato limpio». Permite que tu hijo acabe de comer cuando sacie su apetito. Muchas de las personas que ahora son padres se educaron con la “máxima del plato limpio”, pero este enfoque no ayuda a los niños a escuchar a su cuerpo para saber cuándo han comido suficiente. Si un niño aprende a reconocer la sensación de saciedad y a reaccionar en consonancia, es menos probable que coma más de lo que debería.
- Empieza pronto. Las preferencias alimentarias se adquieren muy pronto en la vida, de modo que empieza pronto a ofrecerle a tu hijo un amplio abanico de alimentos. Los gustos relacionadas con la alimentación se empiezan a desarrollar durante la lactancia. Así mismo, es posible que necesites darle a probar un alimento nuevo a tu hijo en varias ocasiones antes de que lo acepte. No le fuerces a comer, limítate a ofrecerle unos pocos bocados del alimento que deseas introducir en su dieta.
- Reescribe el menú infantil típico. Cuando salgan a comer fuera de casa, deja que el pequeño pruebe platos nuevos. Tal vez le sorprenda su deseo de experimentar. Puedes empezar dejándole probar un poquito de lo que has pedido o pidiendo una tapita o ración reducida para que la pruebe.
- Las calorías de las bebidas también cuentan. Los refrescos con gas y otras bebidas edulcoradas suman calorías y se interponen en el camino de la alimentación saludable. El agua y la leche son las mejores bebidas para los niños. El zumo está bien cuando es al 100%, aunque los niños no necesitan beber mucho zumo. Con 115 a 170 ml diarios -de 4 a 6 onzas- basta para un preescolar.
- Pon los dulces en su sitio. Está bien tomar dulces de vez en cuando, pero no conviertas el postre en el plato más deseado de las comidas. Cuando el postre se convierte en el premio por haberse comido bien la cena, es normal que los niños den más valor al pastelito que al brócoli. Intenta mantener una actitud neutra hacia los alimentos.
- No confundas la comida con el cariño. Encuentra formas mejores de decir «Te quiero». Cuando se utiliza la comida para recompensar a los niños y/o para mostrarles afecto, los niños pueden empezar a utilizarla como mecanismo para afrontar el estrés u otras emociones negativas. En vez de recompensar a tu hijo con sus manjares preferidos, abrázalo, elógialo y préstale atención.
- Los niños hacen los que hacen sus padres. Sé un buen ejemplo para tu hijo comiendo de forma saludable. La mejor forma de enseñar buenos hábitos alimentarios a tu hijo es comiendo bien. Toma tentempiés nutritivos, come en la mesa y no te saltes comidas.
- Limita el tiempo de televisión y ordenador. De este modo, evitarás que tu hijo pique mecánicamente mientras está delante de una pantalla y fomentará en él la actividad física. Las investigaciones han demostrado que los niños que reducen las horas de televisión también reducen su porcentaje de grasa corporal. Cuando se les limita el tiempo de televisión y ordenador, los niños encuentran formas más activas de pasar el tiempo. Y, si la familia al completo limita el tiempo que pasan delate de cualquier tipo de pantalla, tendrán más tiempo para estar activos juntos.